En no pocas ocasiones en mi blog, he comentado las ventajas y beneficios que obtenemos al disparar en película de 35mm. Entre ellos, ganamos la paciencia, la capacidad de parar, pensar y obtener el mejor encuadre. Es cierto que ésta es una ventaja pero también fue su muerte en aquel momento de transición al formato digital. Ya que ayudó a democratizar la fotografía.
Revivir la experiencia del analógico es la esencia de este proyecto. Sentir lo que sentían los grandes de la fotografía con sus virtudes y sus defectos.
¿Os imagináis a Henri Cartier quejándose de no poder disparar en ráfaga? O mejor, ¿diciendo que el enfoque de su cámara es muy lento y necesita gastar un par de miles de euros para tener el último modelo?