La tarde que dimos un paseo por el Palacio Real, pude captar a esta niña que jugaba asustadiza alrededor de las entradas de aire del parque.

El padre me vio sacar la foto y me miró bastante extrañado, pero no hay nada como actuar con normalidad para no darle importancia a lo que no la tiene.
Llama la atención las diagonales y la textura de las rejillas. Imprimen una tensión a la toma que no tenía de haberla sacado plana.