El movimiento que tiene Madrid no se ve en todas las ciudades, da igual el día y la hora, Madrid no descansa. Quizás por esto es por lo que tengo tantas fotos de Madrid. Es el escenario ideal para la fotografía de calle. En cada rincón, en cada esquina hay un momento fugaz que capturar.
La luz del atardecer de Madrid, los reflejos en Gran Vía, la vida de Callao, son únicos. Y Madrid cuenta con un público variopinto y multicultural. Esa mezcla y ese contraste, ayudan sin duda a este estilo callejero en blanco y negro. Las posibilidades por ello, son infinitas.