El dicho manido «la mayor gloria no es nunca caer, sino saber levantarse» cobra sentido cuando somos jóvenes, ya que es la forma que la naturaleza nos ha guiado para aprender la lección de la vida.
En Segovia, justo debajo del acueducto, pude capturar este momento de un niño aprendiendo una vez más la importancia de levantarse y volverlo a intentar.
En otro de mis paseos por el centro de Madrid pude captar este retrato callejero con mi Ricoh GR II.
En ocasiones hay fotografías que es mejor no titular y dejar a la libre interpretación. Un mal título puede desmerecer una gran toma.
No podemos olvidar la sensación de pararse frente a una juguetería cuando éramos niños. Pasábamos horas mirando los juguetes aún sabiendo que nunca los íbamos a disfrutar, éramos felices por un ratito gracias al poder de nuestra imaginación.
Caminando por «La Laguna» pude captar ese momento que tan lejos se nos queda a algunos y gracias a este niño pude revivirlo durante un segundo.
La fotografía nos permite reflejar la realidad, pero en muchas ocasiones, abstrayendo el contexto con la composición o el retoque podemos alterarla e inventar una historia.
En la siguiente fotografía, podemos respirar la sensación de peligro y riesgo por la que está pasando el joven colgado a la estructura del puente.
Sin embargo, lejos de lo que expresa la toma, no es más que un chico jugando con sus amigos a saltar desde el puente al río.
