Me llamó la atención el metro de Oporto, sus paredes planas, ángulos rectos y azulejos pequeños (cómo no). Cuando me giré para ver la peculiar simpleza de la estación de metro «Aliados» pude sacar la siguiente toma en la que una mujer mayor parecía algo somnolienta.
Es curioso que en Oporto, lo nuevo es insípido y aburrido, y lo realmente llamativo y bohemio es lo antiguo, como la señora en la siguiente fotografía.
La toma la pude sacar desde la cadera con la pantalla abatida, y a placer ya que la señora iba con los ojos cerrados sin prestar mucha atención a su entorno.